lunes, 30 de noviembre de 2009

Chronique d'un été / Jean Rouch

El cineasta Jean Rouch, en conjunto con el sociólogo Edgar Morin, crearon una historia a partir de entrevistas aparentemente al azar y anécdotas. Juntos crean una pieza que describe la vida en torno a París 1961, con conversaciones de sus amigos sobre la guerra en Argelia, y la mentalidad de la vida cotidiana de los parisinos. Usando una cámara de 16 mm se pusieron a hacer lo que nadie había hecho antes que ellos: tratar de capturar la vida cotidiana y hablar de ello. Se habla largo y tendido sobre la política. Estos temas no solo se discuten como parte de la película, si no que al final cuando los realizadores muestran su obra terminada a los participantes para después analizarlo. Como que información dar, hablar sobre los sentimientos de los personajes, describiendo lo que funcionó y lo que no, qué siente real y que parece artificial. Las personas que se entrevista a través del documental cuando miró socioeconómico, intelectual y racial, ofreciendo puntos de vista alternativos sobre los problemas, las historias que tenían que decirle a la cámara y los ensayos que se asocian con su vida.Quizas uno de los mejores momentos para mi gustó de la película es una escena en la que los dos realizadores están discutiendo su participación y la hazaña que acababa de lograr con la película terminada lista para ser mostrada. Era una escena muy íntima en la que parecía como si ambos de los realizadores no sabían que estaban siendo filmados y, como tal, procedió a exponer los principios y la teoría de hacer una película antropológica.

Fue a mitad de camino a través de esta conversación que me di cuenta de que no realizaron esta discusión como un debate real, sino como una mascara realista para poner en su película y de este modo añadir estilo y realismo. Lo que parecía en un principio como un nuevo enfoque para la realización de películas salió más como una estructura de marketing inteligente, usando a la audiencia como una caja de resonancia, y acercando mas al publico con el tema de la película, a través del uso de la invasión de la intimidad.
Los cineastas optaron por la participación en la película en vez de la vena típica de anonimato. La reflexividad es un dispositivo que se uso para variar la distancia de un objeto, dando la idea de que los realizadores, el producto y todo lo que pasa con ella. Este acto egocentrista es con el fin de obtener las respuestas deseadas que se buscan, en contraposición a las respuestas que surgen naturalmente de un tema que se comenta.




Rouch da a las preguntas específicas que se prestan a respuestas específicas. "Yo diría que la mayoría de los antropólogos consideran que el contenido de manera implícita debe dominar la forma en la redacción científica de la forma y el estilo en que el contenido de una etnografía debe fluir. En la prestación de preguntas específicas, no dejan que la vida natural fluya sino que la impiden por su propia voluntad. Terminan por destruir la ilusión que ellos han creado.
Morin y Rouch son muy abiertos proporcionando información valiosa sobre sus mentes, así como las mentes de las personas a las que se entrevista. Esto sin duda establece la honestidad en frente de la cámara, creando un margen de comodidad para los temas de manera que la cámara no parece interferir mas que siendo un simple registro. En ciertas escenas parece como si fuera un observador con respecto a estas personas con una mirada fría e insensible. El argumento en el pasillo, por ejemplo.
Hay momentos en la película que parecen muy artificiales sin embargo. Hay una escena de una mujer que caminaba por las calles de París junto con su caminar la escuchamos contar la historia de la internación de su padre y la suya en un campo de concentración alemán . Esto nos podría hacer pensar que es un dialogo escrito, pero cuando uno conoce los métodos de Rouch se da cuenta que de verdad nos hemos infiltrado en los pensamientos de una persona.

La realización del filme es excelente, a veces, como he dicho, dando la sensación de un ojo omnisciente flotante, observando a la gente en su vida diaria. Y como pasa en muchas de las peliculas de Rouch que al verlas hoy en día no nos sorprende, pero si investigamos fue pionero en varias técnicas, como el uso de la cámara oculta. Con la cual se crea una sensación de voyeurismo falso, contrastado con la proximidad sensible que lo caracteriza.
La escena en el teatro cuando se muestra la disección de los personajes es especialmente bella, ya que le da un sentimiento poético y surrealista, donde los personajes se están mirando a sí mismos como los vemos nosotros.

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